En enero y febrero de 2006 Saturno es visible toda la noche y está adecuadamente posicionado en el firmamento para su observación telescópica. En efecto, el 27 de enero de 2006, el Sol, la Tierra y Saturno están alineados. Es la oposición, momento donde la diferencia de longitud geocéntrica entre Saturno y el Sol es de 180º. El porcentaje de iluminación del planeta es entonces del 100%. El planeta emerge tras el horizonte al ocultarse el Sol y se oculta bajo el horizonte cuando el astro solar hace su aparición. Es el periodo ideal para observar este bello y majestuoso planeta. La oposición de saturno por término medio tiene lugar cada 378 días.
En el momento de su paso por el meridiano Saturno culmina en un espléndido cielo de invierno embellecido por Orión, una de las constelaciones visibles más bellas en este período. Fácilmente visible a simple vista en la constelación de Cáncer y dirigiéndose hacia la constelación de Géminis, Saturno atraviesa el cúmulo abierto del Pesebre (M44) en el momento de su oposición. Provisto de unos prismáticos, se admirará al planeta atravesando lentamente las estrellas del cúmulo, un magnífico espectáculo que se podrá seguir durante una decena de días, del 27 de enero al 11 de febrero.
Saturno se deja descubrir fácilmente con unos prismáticos y los anillos ya son perceptibles, pero es con un pequeño telescopio o anteojo cuando el espectáculo se amplia. Los anillos de Saturno son probablemente uno de los más bellos espectáculos que se pueden ver en el cielo y son accesibles con un anteojo o un telescopio de 50mm y con un aumento de 30x. Los aficionados poseedores de telescopios de mayor abertura podrán observar la coloración ocre más o menos pronunciada de la atmósfera planetaria. La célebre división de Cassini, la mayor de las lagunas en el sistema de anillos, es visible con los pequeños instrumentos cuando la inclinación de los anillos vistos desde la Tierra es pronunciada.
Los principales satélites de Saturno, principalmente Titán, son visibles con un pequeño telescopio. Numerosos satélites llegan a ser accesibles con telescopios de abertura mediana.
En el momento de su paso por el meridiano Saturno culmina en un espléndido cielo de invierno embellecido por Orión, una de las constelaciones visibles más bellas en este período. Fácilmente visible a simple vista en la constelación de Cáncer y dirigiéndose hacia la constelación de Géminis, Saturno atraviesa el cúmulo abierto del Pesebre (M44) en el momento de su oposición. Provisto de unos prismáticos, se admirará al planeta atravesando lentamente las estrellas del cúmulo, un magnífico espectáculo que se podrá seguir durante una decena de días, del 27 de enero al 11 de febrero.
Saturno se deja descubrir fácilmente con unos prismáticos y los anillos ya son perceptibles, pero es con un pequeño telescopio o anteojo cuando el espectáculo se amplia. Los anillos de Saturno son probablemente uno de los más bellos espectáculos que se pueden ver en el cielo y son accesibles con un anteojo o un telescopio de 50mm y con un aumento de 30x. Los aficionados poseedores de telescopios de mayor abertura podrán observar la coloración ocre más o menos pronunciada de la atmósfera planetaria. La célebre división de Cassini, la mayor de las lagunas en el sistema de anillos, es visible con los pequeños instrumentos cuando la inclinación de los anillos vistos desde la Tierra es pronunciada.
Los principales satélites de Saturno, principalmente Titán, son visibles con un pequeño telescopio. Numerosos satélites llegan a ser accesibles con telescopios de abertura mediana.
Entrada por: Mario Gaitano Játiva